domingo, 12 de enero de 2020

El maestro de Petersburgo. J.M. Coetzee

Varias veces me preguntaron si tenía un escritor favorito y realmente no me parece una buena pregunta porque hacerla provoca divinizar, en este caso a un escritor, y no es bueno mitificar porque eso hace que una persona se vuelva soberbia, altiva y engreída. Pero sí puedo decir que Coetzee me hace ver momentos literarios distintos y muy particulares. Me tiene acostumbrado a un nivel alto de detallismo y cotidianidad, tal vez sea por eso que ésta novela sea el quinto libro que leo de él.
Haber leído varias novelas y cuentos de Coetzee me da una cierta ventaja creativa a la hora de enfocarme en el resto de los libros que todavía no he leído de este autor sudafricano; la de poder fijarme en detalle que, a veces, no define la esencia una novela, sino más bien al autor.
Esta novela está basada en su uno de sus escritores preferidos, una especie de biografía del escritor ruso Fiódor Dostoievski.
Éste escritor ruso es quien le sirve de referencia en "El Maestro de Petersburgo", aunque Coetzee cambia parte de la historia real porque lo que necesita es un personaje "atormentado por la pérdida del hijo".
Evidentemente la creación de este personaje puede ser motivo, también,  de que Coetzee realmente perdió a un hijo de unos de veinte años de edad.
Coetzee toma esta experiencia personal para contar el proceso de búsqueda del hijastro perdido de Fiódor Dostoyevski  que se instala en la habitación donde vivía su hijastro, se viste con su misma ropa, frecuenta sus amigos, lo busca.
El contexto de la trama es una Rusia bastante convulsionada a causa de los primeros aires revolucionarios.
Como en otras novelas de Coetzee, el violento ambiente social le sirve en realidad para poner de manifiesto las luchas internas de los personajes.
En esta novela los problemas sociales se interpretan también en términos de la lucha generacional: los hijos se rebelan contra lo tradicional de los padres, que se aferran a los hijos para tratar de agarrarse a la vida a través de una fuerza que no es la suya.
Dostoyevski se aferra a su hijo Pavel pero a través de las mujeres que lo rodearon y, quizá, lo amaron.
Dos pensamientos y reflexiones que me quedaron de esta novela:

  • Una es como Coetzee usa el marco histórico para reflejar sus propias ideas e inquietudes de su vida y para hacer una crítica al acomodamiento de esa parte de la sociedad rusa que pretendía ir en contra de los procesos de una revolución que ya había comenzado: 

«-Se lo voy a decir. Sus días están contados. Lo que ocurre es que en vez de hacer mutis y abandonar el escenario sin hacer ruido, quieren arrastrar al mundo entero con ustedes. Les irrita que las riendas pasen a manos de hombres más jóvenes y más fuertes, hombres que van a construir un mundo mejor. Así es como son ustedes. Y no me venga con el cuento de que usted fue un revolucionario, que fue condenado a diez años en Siberia por sus creencias. Sé al dedillo que a usted lo trataron en Siberia como si fuese parte de la nobleza. Usted no compartió los sufrimientos del pueblo, en modo alguno: todo eso es mera falsedad. ¡Los viejos como usted me dan asco! El día en que cumpla treinta y cinco años, me vuelo la tapa de los sesos, se lo juro.”»


  • La otra es como hace referencia a la muerte, sobre lo que en realidad nos asusta de la muerte, no tanto el dolor físico sino el psicológico: 

«Lo que más nos asusta de la muerte no es el dolor. Es el miedo de dejar atrás a los que nos aman, y de viajar solos. Pero no es así, no es tan simple. Cuando nos morimos, nos llevamos a los seres queridos en nuestro corazón. Por eso, Pavel te llevó consigo cuando se murió, y me llevó a mí consigo, y también a tu madre. Aún nos lleva dentro a todos. Pavel no está solo.”»

miércoles, 1 de enero de 2020

El camino de Ida. Ricardo Piglia.

Excelente novela del escritor, crítico y narrador, ya conocido por todos nosotros. Me refiero a Ricardo Piglia (Nacido en adrogué, Buenos Aires, en 1940). En esta novela aparece nuevamente el personaje de Emilio Renzi.

Esta novela, que él la protagoniza en primera persona, contiene muchos géneros entrecruzados como el drama o el policíaco. La narración es ambientada en una universidad estadounidense, lo que le permite al escritor volcar sus propias experiencias como docente durante su etapa de exilio de la Argentina, donde nos ofrece una visión personal de esos ambientes.
Además, el autor elabora una perspectiva del mundo de hoy, de sus problemas ideológicos y económicos donde se atreve a recetar una dosis de peronismo en Estados Unidos ''Todo se individualiza aquí, pensé, no hay conflictos sociales o sindicales, y si a un empleado lo echan de la oficina de correos en la que trabajó más de veinte años, no hay posibilidad de que se solidaricen con un paro o una manifestación, por eso, habitualmente, los que han sido tratados injustamente se suben a la terraza del edificio de su antiguo lugar de trabajo con un fusil automático y un par de granadas de mano y matan a todos los despreocupados compatriotas que cruzan por allí. Les haría falta un poco de peronismo a los Estados Unidos, me divertí pensando, para bajar la estadística de asesinatos masivos realizados por individuos que se rebelan ante las injusticias de la sociedad'' y nos muestra su propia interpretación sobre el difícil ''Camino'' que deviene del titulo del libro.
El ya conocido Emilio Renzi, fracasado escritor del Barrio de Almagro, abandona la Argentina, luego de un gran desamor, para escribir sobre el período de Hudson en la Patagonia Argentina.
Para superar ese estado de tristeza considera que nada le resultará mejor que un trabajo en una alejada, prestigiosa y tranquila universidad de New Jersey.
Pero el protagonista parece nunca terminar de encajar, en un ambiente que no le es propio, y trata de descubrir la naturaleza e historia de cada uno de los miembros del Departamento de profesores. Los hábiles retratos de los profesores y sus encuentros en diversas situaciones hacen que la narración se sitúe en una habitual novela de cotidianidad académica. A la vez, eso le permitirá abundantes reflexiones marginales sobre la literatura estadounidense.
Al poco tiempo va a conocer a Ida, esa ''Ida'' del titulo, es una profesora desinhibida, Decana de esta universidad, con la que va a mantener varios encuentros secretos donde sólo va a jugar lo sexual, secretos porque ella va a tratar por todos los medios de que la relación no trascienda dentro del ambiente universitario.
Esta inicial aventura amorosa se trunca a causa que una situación que la policía va a considerar un accidente.
Junto a su casa, con el jardín casi compartido, Emilio Renzi va a descubrir a una mujer rusa, profesora jubilada universitaria, con quien va a reflexionar sobre la literatura de León Tolstói y la lengua Rusa.
Pero el anhelo de Ida lo lleva a contratar a un detective privado que le va a ir informando, a través de sus contactos con la policía y el FBI, que las autoridades conocen la vida de Ida hasta el mínimo detalle, ya que una serie de asesinatos a científicos y académicos los tienen en vilo desde hace mucho tiempo.
La narración de varias circunstancias va a constituir la extensa parte final y más reflexiva del relato. Renzi va a decidir conocer personalmente a un asesino, una vez detenido, este asesino viene construyendo desde años, en la clandestinidad de su vida aislada en medio de un bosque, un “Manifiesto” que publican los principales diarios y donde habla del propósito de sus crímenes con atractivas consideraciones vitales.
Ricardo Piglia se muestra como el excelente narrador que es, seguro y apasionado en sus reflexiones literarias, siempre sugerentes.