lunes, 27 de abril de 2020

Llámame por tu nombre. André Aciman

En un pueblo de Italia, alejado de las grandes ciudades, vive Elio.
Elio es en joven judeo-italiano de diecinueve años que vive en una casa costera, donde su familia alquila habitaciones a extranjeros, aburrido de no poder encontrar a alguien que lea sus pensamientos y sentimientos, un día llega Oliver un estudiante de Filosofía y escritor estadounidense de veinticuatro años que va a alquilar una de las habitaciones de la casa.
Con la calidez del mar y del verano, de las hojas y del sol que se te mete en la piel, Elio y Oliver van a vivir durante casi seis semanas los impulsos ocultos de la obsesión, el erotismo y el miedo de descubrirse sexualmente, la fascinación del uno por el otro, y un deseo sexual que va a desenvolver todo en una pasión desesperante. Un romance en silencio que se ve reflejado en miradas, gestos y chistes, caricias y besos.
Entre ellos hay muchísimas cosas en común, las lecturas y el saber es algo que los une, el interés por el conocimiento. Se atraen. Hay atracción por los cuerpos, por la piel del otro, por aquello que no necesitan decirse con palabras. Hay un amor profundo y sensible.
Las ropas de cada uno también son fundamentales: Oliver, según Elio, intercala sus mallas que usa para ir a la playa y a la pileta (rojo, azul, amarillo y verde) dependiendo su estado de ánimo. Elio, primero a escondidas, sin que nadie lo sepa, usa las ropas de Oliver en un momento, y Oliver las de Elio en otro.
Elio siente que su amor por Oliver es como todo primer amor; perfecto, inolvidable, de esos que te marcan para toda la vida.
«Llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío» es una frase que aparece en la novela y forma parte del título del libro.
Además del título, es la frase perfecta del libro, porque describe en poquísimas palabras la relación que tienen que, además de amor, es el poder fundirse con el otro, ser el otro o confundirte con el otro porque, en realidad, su conexión va más allá de cualquier límite corporal.
La trama se desarrolla de una manera muy ligera para leer, inclusive no aparece mucho el diálogo entre personajes principales ni secundarios.
La narrativa está escrita en primera persona de tal forma que envuelve a medida que uno va leyendo esta novela, por eso, el escritor logra que se pueda sentir todo lo que siente Elio; su amor, su deseo, su añoranza, su anhelo, el momento en que su cuerpo arde pensando en Oliver, la descripción de los paisajes durante la mañana, la tarde y la noche.
Sobre el final de la obra el escritor hace un muy buen trabajo con Elio, ya que se centra en el recuerdo y las experiencias de ese verano, aparecen preguntas determinantes, y mucha imaginación poética que le va a dar al libro un toque final hermoso e inolvidable.
«El amor, al no tener geografía, no conoce fronteras». 

martes, 14 de abril de 2020

Entre las Cuerdas. Cuadernos de un aprendiz de Boxeador. Loïc Wacquant.



Maravilloso ensayo de éste Sociólogo Francés, se trata de una especie de diario íntimo en dónde aparecen anotaciones personales que se destacan por su detallismo en la narración visual del autor.
Personalmente el boxeo fue un deporte que lo empecé a practicar después de los 28 años y creo que esta obra se convirtió, para mi y para muchos boxeadores, en un clásico de la etnografía sobre la práctica definida del cuerpo, afectada a la vez por los cambios económicos, culturales y raciales que aparecen en este trabajo de campo sociológico. Es la experiencia de una inmersión del autor en un gimnasio de boxeo en el medio de uno de los barrios del ghetto negro del Bronx, en Chicago.
Wacquant, que siempre fue de escribir y hacer trabajos sobre criminalización y marginalidad social a causa de las malas políticas de los distintos gobiernos en las grandes cuidades del mundo, hoy se encuentra con que es el único extranjero en un pequeño gimnasio de la tercera ciudad más grande de los Estados Unidos, único blanco en un mundo exclusivamente negro.
De manera muy lenta, en la medida en que avanza su propio aprendizaje del oficio de boxeador, el autor ve aparecer un nuevo tema de estudio; la fábrica de boxeadores.
Loïc no solamente pretende convivir en la diaria del gimnasio con los boxeadores, sino que entusiasmado, a lo largo del entrenamiento del ''Arte de los golpes'' pretende convertirse en un boxeador profesional, inclusive hasta pone en duda dejar de lado un tiempo su carrera académica en la Sociología para enforcarse de lleno en este deporte.
El Club donde entrena se llama Woodlawn, forma parte de una red de clubes instalados en los barrios más marginales afroamericanos, dentro de esa red se organizan las peleas donde los boxeadores empiezan a perseguir ese sueño de ser millonarios, y salvar a sus familias de las peligrosidades del barrio y comezar una vida nueva.
La matrícula de inscripción al club es gratuita y el entrenador no cobra, por lo general tienen su pequeña habitación y una cocina improvisada dentro del gimnasio que es donden vive.
En realidad el gimnasio se empeiza a convertir una escuela de moralidad, un lugar cerrado donde se forja el púgil, se le da disciplina, resistencia física y más que todo una razón de ser, eso es lo que transmite el entrenador DeeDee, una razón para no convertirse en delincuente o asesino.
Ante todo el gimnasio aísla de la marginalidad de la calle y desempeña la función social de escudo contra la inseguridad y las presiones de las injusticias del sistema capitalista.
El autor no hace mucha mención sobre que estos gimnasios reciben niños a partir de los 6 años para empezar a entrarlos en el boxeo, evitando así que éstos caigan desde temprano en las drogas y en la delincuencia juvenil.
Además de describir al gimnasio como un espacio cerrado en donde la vida cotidiana se desvanece; afuera están la droga, las balas y la muerte, adentro están el orden, la disciplina y el compañerismo, describe también la trama de las relaciones sociales y simbólicas que se crean en el interior y alrededor del gimnasio, núcleo y motor oculto del universo pugilístico.
El autor reflexiona constantemente sobre los códigos de disciplina, el compañerismo, la lealtad entre los boxeadores y las normas que regulan al boxeo, y nos muestra algunos factores externos como las peleas amateurs que no están dentro del marco legal de la organización y las apuestas ilegales.
Durante tres años éste discípulo de Pierre Bourdieu, compartió la vida dentro y fuera del ring con compañeros en su mayoría negros, desocupados y excluidos de todo tipo de derecho social.
Este libro es el resultado de esa experiencia que él vivió en carne propia como boxeador amateur.

viernes, 10 de abril de 2020

Eva y Cristina. La razón de sus vidas. Araceli Bellota


Con lágrimas en los ojos, en su momento de lectura durante varias páginas, hace ya un tiempo terminé de leer este libro.
No solamente estoy haciendo una reseña de este libro sino que, en este caso, también es una recomendación de lectura de estos dos símbolos de la política nacional y popular, una recomendación con el corazón. Es realmente emocionante la vida de estas dos mujeres.
En este libro vamos a poder entender por qué hace poco tiempo Cristina tomaba té, en plena sesión de Senadores, en una taza con la foto de Eva Perón.
Mas allá de toda la rosca política que podamos hacer, no es casual que Cristina tenga ese gesto con Eva. Ese gesto rompe con todo tipo de análisis ideológico o partidario que podamos hacer. Para Cristina, Eva Perón es más que Eva Perón, para Cristina Eva Perón fue el símbolo de lucha más importante que tuvimos.
En todo este libro vamos a leer un vaivén de tiempos, correlaciones y paralelismos entre estas dos mujeres. Pasando por sus infancias, sus amoríos, sus sentimientos, sus objetivos, sus proyectos y sus sueños.
No vamos a encontrar comparaciones entre estos pilares de la historia de la política Argentina, sino que vamos a encontrar cómo fueron sus vidas antes y durante la participación política.
Antes que Cristina hubo una mujer que hizo muchas cosas, supo cosas y las enfrentó en las condiciones más desiguales, superándolo TODO con una promesa: “volveré y seré millones”.
Eva no lo sabé y tampoco lo sabrá jamás, o tal vez sí porque esos millones que volvieron somos los que hoy le hacemos saber a Eva quién es Cristina. Cristina fue presidenta y actualmente vicepresidenta porque antes estuvo Eva.
Ambas, y hasta me animaría a decir solo ellas, comparten el valor, la intuición y la capacidad para entender que detrás de cada demanda social hay un derecho.
Cristina fue la persona que cumplió con los sueños de Eva ya que todos los proyectos que Eva tenía pensados desde su Fundación, Cristina los institucionalizó como por ej: pensiones a la vejez, pensiones a las amas de casa, y también los chicos era los privilegiados de Eva por eso se concretó la asignación universal por hijo que a su vez le permitió a miles de jefas y jefes de hogar garantizar salud y educación a sus hijes.
En su momento el ex canciller Jorge Taiana supo definir al Peronismo no como un partido político sino como un sentimiento.
Un sentimiento muy femenino, ya que sólo Eva y Cristina han conseguido elevarlo a delirio popular. Ese Peronismo feminista fue el que permitió que una mujer hija de trabajadores, como Cristina, haya podido ir a la universidad Pública y formarse y fue eso que le permitió, en el mundo de los latinos, el mundo de los machos, ser dos veces Presidenta y hoy Vicepresidenta.